Oscar Sánchez Madan
Agentes Kenne Agüero (a la izquierda) y “Liván” (derecha,) dos de los
oficiales que golpearon a Leticia Ramos y Eduardo Pacheco el pasado 3 de
noviembre, en Cárdenas, Matanzas. (Fotos: Elizabeth Pacheco Lamas). La
activista Leticia Ramos Herrería durante uno de los frecuentes arrestos de que
ha sido víctima. (Foto: Rudel Montes de Oca Quezada).
(Cidra, Matanzas) “Joaquín”,
es un seudónimo de esos que usan los oficiales de los Órganos de Seguridad del
Estado (Policía Política) para encubrir su verdadera identidad. Dicho
sobrenombre esconde a un aborrecible personaje de la fauna castrista, quien con
su arbitrario accionar ha puesto en riesgo la vida de varios integrantes de la
sociedad civil cubana, residentes en la provincia de Matanzas. Es este el
territorio donde el referido militar ejerce sus funciones de depredador del
pensamiento libre.
Para el susodicho, es
“contrarrevolución”, el hecho de que dos decenas de personas, que practican la
“no violencia”, se reúnan en una vivienda particular para debatir los problemas
que afectan al país. Según este anacrónico policía “de alto nivel”, como él
mismo se califica, el gobierno debe eliminar, físicamente, a quienes no
obedecen, como corderitos, los mandatos del general presidente.

Pareciera como si este alto
oficial, como muchos otros de los uniformados que defienden la “Revolución y el
“Socialismo” de los hermanos Castro, sintiera placer cuando golpea con los
puños, junto a varios de sus colegas, a un hombre, o una mujer, indefensos que
no se les resisten, sino que le muestran la otra mejilla. Quizás este
sostenedor de un despreciable régimen de intolerancia goza cuando le aplica a
sus víctimas, viejos métodos de tortura.
Los partidarios del crimen
pueden llamarse hoy “Joaquín”, “Liván”, “Kenne”, o “Alberto”. Pero más temprano
que tarde, Dios se encargará de descubrir sus verdaderas identidades para que
un día no muy lejano, tribunales imparciales, en nombre del pueblo de Cuba, les
hagan pagar por todos sus crímenes.
No sabemos si cuando llegue
ese día el agente “Joaquín”, quien según dicen, es uno de los principales jefes
de la contrainteligencia en Matanzas, recordará a las mujeres que arrastró por
el pavimento, a los hombres que golpeó con furia y a las madres y niños que
indignó y entristeció.
Sí hay que estar seguro que,
para esa fecha, el dedo acusador de la historia, que no olvida nunca las
injusticias, le rozará la nariz para aclarar su memoria y colocar a los
verdaderos héroes de la patria,( llámense Eduardo Pacheco, Leticia Ramos, Ángel
Moya o tengan cualquier otro nombre), en el honorable sitial que les ha
reservado.
Mientras tanto, hay que
pedirle mucho a Dios, para que quebrante el duro corazón del agente “Joaquín”.
Tal vez el Altísimo logre,
con su infinito poder, que este militar, como muchos otros, se arrepientan del
mal que le hacen al pueblo de Cuba, que los observa y los desprecia, pero que
desearía amarlos, como el Señor manda.
sanchesmadan61@yahoo.com
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