por Daniel Anselmo González Gómez
Periodista Independiente
Buro de Prensa CAPPF/CDHD
Vicepresidente de la CAPPF
15 de Julio del 2010
en la Foto: Julio Regatillo Martínez, Miguel Amado Reyes Fonseca, Carlos Rafael Jáuregui Blanco, Máximo José García González, Alfredo Guilleuma Rodríguez, Julio Cesar Gálvez del Llano, María Caridad Palmer Pompa, Sebastián Rogelio Brajes Borges, Julio Cesar Peña Laballe y Jorge Arufe Carbonell / Foto por Sergio Pastor Martínez Carrazana
El Presidente de la Comisión de Atención a Presos Políticos y Familiares (CAPPF), Miguel Amado Reyes Fonseca, denuncia categóricamente ante la opinión pública internacional, que el martes 13 de julio del 2010, acudió en compañía de algunos activistas de la organización al ayuno previsto realizarse este penoso día en la vivienda donde residen el matrimonio: Leydi Coca Quesada y Sergio García Argentel, localizado en el municipio Playa, pero todos fueron arbitrariamente botados por oficiales de la policía secreta castrista.
“En cuanto nos aproximamos al domicilio donde debía realizarse el ayuno, instantáneamente nos dimos cuenta del despliegue policial en los alrededores, patrullas y paramilitares blandiendo palos con en sus manos, terrorífica escena la que observamos y padecimos. En el Acto fuimos detenidos por oficiales de la policía política, los cuales nos exigieron nuestros documentos identificativos, y nos espetaron que teníamos que retirarnos inmediatamente” refirió Miguel Amado.
“Pero las hostilidades no terminaron allí. Cuando comprendimos que no podíamos hacer nada, nos dirigimos al apartamento donde conviven el matrimonio opositor: Yuney Alvarado Esquivel y Sergio Pastor Martínez Carrazana, cerca de la sitiada zona. En dicho inmueble permanecían hermanos nuestros reunidos, quienes también fueron reprimidos. Después se incorporaron: Leydi Coca Quesada y Sergio García Argentel”, argumenta Miguel Amado.
“Prontísimamente, los detractores de las libertades mencionados, trasladaron todo el poderío represivo ahora donde permanecían los opositores reunidos. Los presentes preocupados por las consecuencias que podían arremeter contra ellos los represores del régimen, mantuvieron una postura digna y ecuánime. Ningún opositor se dejó provocar, elevando a un grado sumo los principios de la oposición. Solo debo destacar que no nos agredieron físicamente, ni nos encerraron en sus mazmorras”, enfatizó.
“La CAPPF asistió al ayuno, en el cual perseguía: Unir al pueblo silenciado a los grupos opositores, cada cual con su autodeterminación, con un solo punto en común: exigir de forma firme y contundente, que el Gobierno cubano cumpla fielmente los 30 artículos de La Declaración Universal de Derechos Humanos”, y lean como el régimen nos trata, quien se jacta como defensor de los derechos humanos ¿irónico y algo de sádico verdad?, concluye.
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