por Carmen Ferreiro
28 de Enero del 2010
Me despedí de ti recordando el natalicio de nuestro apóstol Martí, ironía penosa, el recordar una vida cuando otra se extingue. Mi amigo Luis O. Vizcaíno era y siempre será, un gran Cubano.
Luis, como Martí y otros mártires, lucho por su patria hasta el día de su muerte. Como tantos jóvenes cubanos de esa gran generación de los 60’s, lucho ardientemente contra la tiranía castrista. Como combatiente en el Movimiento Frente Interno de Liberación fue sancionado por el Tribunal Revolucionario por conspirar contra el régimen, convirtiéndolo en preso político por 17 años.
Cuando llego al exilio se unió a movimientos de lucha cívica por Cuba como miembro del Ex Club de Ex Prisioneros y Combatientes Políticos Cubanos. En el Ex Club organizo un congreso sindical del obrero. Junto a Justo Gabriel Quintana comenzó transmisiones vía onda corta a Cuba en Radio Miami Internacional en su programa semanal “Conversando entre Cubanos” al aire todo los sábados a las 8:00 de la noche y los domingos a las 9:30pm. Programa que hasta su muerte producía sin falta junto a Ángel Cuadra. También producía el Boletín Fragua del Ex Club, espacio periodístico sobre la lucha por los derechos humanos y la libertad de Cuba. Fue en la estación de radio donde conocí a Luis.
Luis también trabajo varios años en la organización Sisters & Brothers, creada por Ex Presos Político, donde ayudan a ubicar a Cubanos que llegan al exilio y también ayudan a los más necesitados con ayuda económica y alimentos.
Siempre admirare la dedicación de Luis y los luchadores de su generación, porque han dedicado su vida entera a la lucha por la libertad de Cuba. Hombres y mujeres que desde muy joven soñaron con liberar a su patria del mal de los hermanos Castro y su sistema. Luis, como muchos otros presos políticos, cuando reflexionaba de su encarcelamiento, nunca mostraba remordimiento, a lo contrario, lo consideraba su obligación por el Pueblo de Cuba. En el café o en la estación antes de las grabaciones radiales, conversábamos mucho sobre Cuba, lo que fue antes del comunismo y mucho más sobre lo que será después que se acaba esa pesadilla malevolente. Pero también conversamos mucho sobre acontecimientos mundiales, ideas y las cosas lindas de la vida.
Luis O. Vizcaíno, me honra haberte conocido y compartido las pocas pero profundas horas de conversación en esta noble lucha. Siento que no pudiste ver esa libertad que tantos han sufrido y muerto añorando para nuestra querida y sufrida Cuba. Algún día vendrá ese amanecer tan soñado, esperado, y sus héroes serán la iluminación que nos guía a reconstruir la nueva republica. Pronto amigo nos encontraremos de nuevo, todos ese día, caminando por un paseo habanero, ¡Libre, al fin!
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